Hoy no vengo a contaros nada sobre bichos raros de otros lugares. Hoy el bichejo raro soy yo.
Os traigo la práctica más esperada por todo veterinario. Y no, no es apta para sensiblones.
Mi abuela siempre me decía, “pero África, ¿seguro que quieres estudiar veterinaria? ¡¡¡Vas a tener que meter la mano por el culo a las vacas!!!” ¡Pues así es, abuela!
Esta semanita pasada tuvimos el gran momentazo. Y para todos los que queráis saber qué se siente, diré que ¡calentito! 🙂
Tras el gran éxito que tuvo en Facebook, os adjunto después un enlace con el vídeo del momento. Os va a gustar, creedme.
Técnicamente, la práctica conocida como “tacto rectal en vaca”, consiste en tocar, a través del recto, los ovarios de nuestra querida amiga, para poder evaluarlos, pero creo que esto no os interesa tanto. Las preguntas más frecuentes han sido “¿Qué se siente?”, “¿No te dio asco?”, “¿Metiste todo el brazo?”…y otras tantas del estilo.
He de decir que no se le hace daño a la vaca, para los que podáis pensar que sufre, en serio, las heces ocupan bastante más que mi brazo, llamadlo experiencia.
Como ya he dicho, calentito, muy calentito. Súper a gusto. Metí toda la longitud del brazo necesaria para llegar a lo que tenía que tocar (sí, con la oreja bien pegada). Y por último no, nada de asco, a pesar de lo que penséis tras ver el vídeo, pero en verdad, cosas peores hay en este mundo. Si tenéis más preguntas no lo dudéis, estaré encantada de matar vuestra curiosidad.
Una sesión merecedora de un post en Cambio de Continente.
No escribiré mucho más, mejor vedlo vosotros mismos. Una imagen vale más que mil palabras, y si le ponéis sonido al vídeo, ya ni os cuento.
¡100% recomendable! ¡Risas aseguradas!
¡Suerte para todos los valientes! 😀
#Provolo11315
Very nice Africa. Yo lo hice hace 25 años en la granja de mi abuela. Una experencia inolvidable. Well done.
Niall!! jajajaja lo sé, lo sé, un gran lugar para pasar un buen rato!! jajajajajjaja 🙂
Fisting anal a una vaca, ¡¡¡Si señor!!! No se me ocurre una mejor forma de empezar el día 😛
Ahora ya eres veterinaria se supone, ¿no?
Pues después de esto, un Kinder Bueno y se te pasan todos los males! jajajajajajaja 🙂