Conocidas por ser las aves más grandes del planeta, avestruz o Struthio camelus, en inglés «ostrich», forman parte de la familia Struthionidae, donde encontramos aves ratites, cuyas características morfológicas hacen imposible el vuelo. Poseen un esternón plano, sin el hueso conocido como quilla que tienen las aves voladoras. A lo largo del tiempo, se cree que este tipo de aves, por su gran tamaño y su increíble velocidad de carrera, fueron evolucionando hacia unas características que les impiden volar.
En la actualidad, salvo granjas especializadas en su crianza por todo el mundo, estos animales podemos verlos por el continente africano y en la península Arábiga, siempre en zonas áridas, como desiertos y sabanas, con escasa vegetación para poder observar cualquier depredador que pudiera acecharlas. Como son zonas de altas temperaturas, a veces mantienen la boca abierta para refrigerarse dentro de lo posible. Según la zona donde se localicen, la subespecie es distinta, pudiendo encontrar hasta cuatro diferentes, aunque similares en características físicas y con longevidades de hasta 40 años.
Son aves grandes, con robustos cuerpos, cuello largo y sin plumas, cabeza pequeña y aplanada, ojos saltones con fuertes párpados y largas pestañas que los protegen del polvo del clima en el que viven, y un poderoso pico con forma alargada que facilitará su alimentación. También cuentan con un oído muy agudo, y aunque no tienen orejas, poseen un agujero a cada lado de la cara. Hay diferenciación entre machos y hembras. Los machos puedes llegar hasta casi los 3 metros de altura y 180 kg de peso, sin embargo, las hembras son normalmente algo más pequeñas. Su plumaje también es distinto, siendo grisáceo el de las hembras y negro con los extremos blancos en los machos.
Al perder su capacidad de vuelo tuvieron que desarrollar otro sistema de huida, por lo que cuentan con unas musculosas y largas patas que hacen posible llegar a velocidades de hasta 80 km/h, pudiendo mantener esta velocidad bastante tiempo. Como apoyo poseen sólo dos dedos en cada pie, ambos dedos están enfocados hacia delante. El del interior es el más desarrollado. Éste posee una pequeña uña que facilita el apoyo, además de servir como defensa gracias a las coces que pueden propiciar a sus enemigos.
Son animales nómadas, es decir, se desplazan en busca de alimento. Suelen ir en manadas, sobretodo en época de reproducción, aunque también hay ejemplares solitarios o en parejas. Su alimentación principal son flores y frutos, incluso algunos insectos y artrópodos. No poseen buche para guardar alimento, pero su molleja y su proventrículo (con actividad parecida a nuestro estómago) están más desarrollados que en otras aves, lo que les permite digerir bien todo el alimento, siempre con ayuda de pequeñas piedras que ingieren para poder molerlo. En cuanto al agua, pueden permanecer bastante tiempo sin beber, aunque su masa corporal se ve reducida considerablemente.
Las hembras alcanzan la madurez sexual unos meses antes que los machos, que tardan alrededor de 3 años. En mayo, durante la época de reproducción, los machos adquieren una tonalidad rojiza en toda su piel, jugando un papel importante en el cortejo de las hembras. Dicho cortejo es todo un espectáculo, y es que los machos bailan para cautivar a las hembras. Se agachan y con las alas estiradas las van levantando y recogiendo de forma intermitente, a la vez que mueve su largo cuello y el plumaje de su cola. Si la hembra es convencida, girará a su alrededor agachando la cabeza, lo que dará lugar a la reproducción de ambos, gracias a un pene de hasta 40 cm que el macho introducirá en la hembra por la ranura seminal.
Los machos se reproducen con varias hembras, pero dentro del grupo, existen hembras más dominantes que otras. El macho es el encargado de excavar el nido en el suelo, donde todas las hembras que él haya fecundado pondrán sus huevos. La hembra más dominante o principal es la que primero los pone. Esta hembra es la encargada de proteger el nido e incubar todos los huevos, y es que si dicha hembra concede permiso a las demás, las otras hembras pondrán sus huevos en este mismo nido, dejando los huevos de la hembra dominante en el centro, más protegidos, y los del resto alrededor de los suyos.
Estos huevos son tan espectaculares como ellas, midiendo unos 15 cm de altura y hasta 12 cm de anchura. La cáscara es blanquecina, dura, resistente, brillante, con poros por toda la superficie, alcanzando a veces los 2 kg. Dentro, una gran cantidad de clara rodea una enorme yema, todo un manjar para depredadores.
La eclosión surge tras 40-48 días de incubación, donde la hembra principal es la encargada de protegerlos por el día, mientras que el macho lo hace por la noche, ayudando también en la incubación. El macho del grupo y la hembra principal son los encargados de sus cuidado, pero a veces, al juntarse grandes familias con varios machos, estos compiten entre ellos quedándose el más fuerte con todos los polluelos. Dichos polluelos pesan al nacer algo menos de un kilo, con manchas negras mezcladas con sus tonalidades tierra y un cuerpo que se asemeja al de los erizos, con las inserciones de las plumas que parecen púas, aunque no pinchan tanto.
Como ya hemos mencionado, hay gran cantidad de granjas repartidas por el mundo, cuya finalidad es la cría de avestruces para la obtención de plumas, que son de las más suaves que existen, carne, piel y huevos, que una vez empleados para alimentación, su cáscara se decora. Su estado de conservación no está bajo amenaza.