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Diablo espinoso – Moloch horridus

Diablo espinoso – Moloch horridus

Thorny Devil, south of Kings Canyon

El diablo espinoso, moloch, en inglés, «thorny devil», «horned lizard», «thorny dragon» o «mountain devil» (Moloch horridus), es uno de los reptiles más curiosos del reino animal. Como su nombre indica, es el lagarto más parecido a un pequeño diablillo, repleto de pinchos en su superficie, dándole un aspecto muy poco amigable, aunque su apariencia engaña, porque es completamente inofensivo.

 

Perteneciente a la familia de los agámidos y único dentro del género Moloch, este dragón diurno es posible encontrarlo si viajamos a las zonas desérticas, con poca vegetación y arenosas de Australia. Puede medir hasta 20 cm. siendo las hembras algo más grandes que los machos, ya que serán ellas las que lleven los huevos. Su cuerpo cubierto de espinas hace que sea prácticamente imposible de tragar, siendo ésta su máxima defensa frente a posibles depredadores como pájaros, serpientes u otros lagartos de mayor tamaño, mostrando una falsa cabeza que tienen sobre el cuello y escondiendo la real entre sus patas delanteras. Además, está adaptado a los colores del entorno, lo que ayuda en momentos de peligro y le permite camuflarse. Con los cambios de temperatura también varían sus colores; al amanecer suelen vestirse con el verde oliva o marrón, pero al subir las temperaturas, aparecen los tonos amarillentos.

Thorny Devil

En el desierto es muy importante cualquier gota de agua, de tal forma que si en un momento dado empieza a llover, este pequeño es capaz de hidratarse a través del agua que cae sobre su cuerpo o empleando la humedad del ambiente, así como pisando los charcos, sin necesidad de usar la boca, sólo a través de la capilaridad de su cuerpo. Su alimentación se basa en hormigas, cientos de hormigas al día, las cuales caza con su lengua al más puro estilo oso hormiguero.

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Es un animal solitario, pero en épocas de reproducción acude a zonas donde hay más individuos, las hembras suelen poner entre 3 y 10 huevos desde septiembre hasta diciembre, escondidos en un nido en la arena, y eclosionarán pasados 3-4 meses. Algunos ejemplares logran alcanzar los 20 años de edad.

Son animales espectaculares, que por suerte, todavía no están en la lista roja de animales en peligro. Para ello, debemos seguir cuidándolos y respetándolos, sin convertirnos nosotros también en sus depredadores.

 

 

Koalas

Soy muy mimoso y me encantan los abrazos… Sí, claro, perfectamente podría ser una descripción mía, pero prefiero no ser el bicho protagonista del post de hoy.

Viajamos hasta el este de Australia, a las ramas de los eucaliptos, unos árboles característicos de dicho país. Ya sabéis de quién hablamos, ¿no? Efectivamente, el koala (Phascolarctos cinereus). Perteneciente a los marsupiales, caracterizados por la falta de desarrollo que presentan las crías al nacer, teniendo que amarrarse rápidamente a las mamas de la madre dentro del marsupio o bolsa.

Casi nunca se bajan de estos árboles, y si lo hacen, es sólo para subir en otro al que no llegan de rama en rama. Sus dedos están opuestos, enfrentados, como ocurre con nuestro pulgar, a modo de pinza, lo que les da más capacidad de sujeción. Se mueven lentamente, hasta alcanzar el lugar más cómodo del eucalipto en el que establecerse durante varias horas. Dedican la gran mayoría de estas horas a dormir, unas 18 horas al día, y el resto para comer, normalmente por la noche, como hemos dicho, con tranquilidad, cogiendo las hojas del eucalipto, oliéndolas, observándolas, tocándolas…todo para ver si son de su agrado.

Sleeping koalaNo beben mucha agua, hidratándose por medio del agua de las hojas del eucalipto. Para mantenerse, deben comer una cantidad de hojas cercana al medio kilo al día, almacenándolas de vez en cuando en las mejillas. Como alguno ya sabréis, el eucalipto posee sustancias que resultarían tóxicas para el ser humano o para otros animales (como taninos o alcaloides), pero nuestros bichejos tienen un hígado adaptado a la situación, capaz de neutralizar estas sustancias, evitando que les perjudiquen. Ese pelaje gris característico les da una apariencia de peluche totalmente achuchable. Al ser tan denso, evita que pierdan calor y les protege de las lluvias, haciendo no necesario el uso de un nido, sino que, como ya hemos mencionado, permanecerán en algún rincón cómodo del eucalipto. Su nariz chata y las orejas con pelo le dan el toque simpático que tanto nos gusta. Female Koala, Waka of Kanazawa Zoo : コアラのワカ♀

No son animales muy grandes, llegan a medir en torno a los 80 cm y pesar unos 10 kg. Viven unos 20 años y suelen ser solitarios, excepto las madres con las crías y en la época de reproducción, en la que los machos buscarán a las hembras, emitiendo sonidos para llamar su atención y marcar su territorio con respecto a otros machos, combatiendo unos con otros si se entrometiesen en sus territorios.

Además, los machos poseen una glándula en el pecho que frotan en los árboles, dejando su olor marcado para señalizar su territorio y comunicarse con el sexo opuesto, y las hembras, lo marcan con orina y heces.

Las hembras son maduras sexualmente con unos dos años, pero los machos tendrán que esperar un poco más, llegando hasta los 3 o 4 años.

La gestación durará unos 35 días, y de ahí pasará al marsupio para completar el desarrollo, ya que nacen muy pequeñas, sin pelo, ciegas… Lo normal es que sólo tengan una cría por parto.

take a nap with mom..... happy.

La verdad es que tiene toda la pinta de ser animales mimosos, entre el pelaje, su tranquilidad y que las madres, tras la salida de la cría del marsupio, con unos 8 meses, puesto que ya no cabe, transportarán al pequeño a cualquier parte, tanto en el vientre como sobre la espalda. Cuando la cría llegue a los 18 meses, la madre se separará de ella, pudiendo volver a quedarse preñada.

Su pelaje le convirtió en objetivo de caza, lo que hizo que llegase a estar en peligro de extinción. Ahora, tras repoblaciones que se han hecho, el koala se encuentra en estado de casi amenazado, pero no hay que descuidarse, porque su hábitat sí que está sufriendo muchos daños.