Perritos de las praderas
Si al pasear por las secas praderas norteamericanas vemos una serie de agujeros que, echándole imaginación, simulan los cráteres de la Luna… no, no os creáis astronautas; y si escucháis agudos ladridos sin perros alrededor… no, tampoco os estáis volviendo locos… son nuestros queridos amigos los perritos de la pradera (Cynomis), y todos esos “cráteres” son las salidas de sus madrigueras. Toda esa tierra que sacan al excavar la acumulan a las puertas de estas madrigueras para tener zonas elevadas de vigilancia y como contención en tiempos de lluvias. Y como grandes vigilantes que son, mantienen bien cortas las hierbas que rodean su “cráter”, aumentando así su visibilidad.
Con caminos subterráneos de un lado a otro de la pradera, ocupando amplios espacios y formando las llamadas “ciudades de los perritos”, se dividen por colonias, cada una en su madriguera, donde un macho se rodea de su harén de 4-6 hembras con sus correspondientes crías.
Pequeños mamíferos alzados sobre sus patas traseras para vigilar bien sus dominios, y si se avecina alguna amenaza, estos bichejos tienen la capacidad de variar su chillido, avisando a sus congéneres qué tipo de peligro se acerca, por dónde viene (aire o tierra), a qué velocidad, de qué tamaño…todo estudiado por el profesor Con Slobodchikoff, en Arizona. Incluso al mostrarles nuevas amenazas, los perritos creaban nuevos sonidos, o sonaban diferentes en función de si se acercaba una persona con una camiseta de un color o de otro.
Si os parece poco, estos pequeños genios también saben hacer la típica “ola” que las aficiones hacen en los partidos para animar a sus equipos, pero no, no juegan al fútbol, ni al basket, ni al hockey (que seguro que muchos lo estabais pensado), esa ola va pasando de vigilante en vigilante por las ciudades, y los últimos estudios han demostrado que el significado es que el sistema de vigilancia está bien activado, que en caso de emergencia, el sistema de alerta les advertirá, y mientras tanto, el resto pueden salir en busca de comida o simplemente a jugar.
Todo muy increíble para unos animales tan pequeños y aparentemente tan “simples”.
Su sociabilidad les lleva al aseo mutuo, a las dulces caricias e incluso algunos se atreven con los besos boca a boca!!!
Las plantas son su dieta principal, y tanto les gustan algunas que las que no se comen las arrancan del suelo dejando que el resto crezca aún más. Mentalidad de agricultor, totalmente.
Pequeños, gorditos y simpáticos, que fueron amenazados por agricultores enfadados, dejando a alguna de las 5 especies en serio peligro. Como dato esperanzador, existe una ciudad de perritos en Chihuhua (México), de amplísima extensión, en la que se han contabilizado más de un millón de estos.