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Rémoras

Muchos las habéis visto, pero suelen pasar desapercibidas. No es que no se las vea, sino que acompañan a otros animales que captan más nuestra atención, pero ellas siempre están ahí…

Vamos al fondo marino, a las aguas que tanto nos gustan, porque debajo del mar siempre hay alguna sorpresa. ¿Qué os parece surcar aguas de cualquier parte del mundo? Normalmente, en aguas poco profundas y siempre que sean mares cálidos, por supuesto.

Acompañando a grandes tiburones, ballenas, tortugas… hoy quitamos protagonismo a estos y se lo damos a las especies de la familia Echeneidae, más conocidas como rémoras.

Blacktip Reef Sharks

Algunas especies son específicas de ciertos hospedadores, viajando con ellos a donde quiera que vayan, gastando muy poca energía. Pero sólo hacen eso, viajar con ellos, ni les perjudican ni les benefician. Esto se conoce como comensalismo: mientras que una especie se beneficia, la otra vive sin sufrir ni perjuicios ni beneficios. Su cuerpo es alargado, grisáceo, de unos 70 cm, con una banda negra que lo recorre lateralmente. La cabeza tiene esa forma tan especial que les caracteriza, dejando el labio inferior de la boca más saliente, dando esa apariencia de que están boca abajo, aunque no sea cierto. Su cabeza está dorsalmente aplanada, y en ella se encuentra el “disco de succión”, el cual está formado por unas 25-30 láminas transversales y es empleado para amarrarse a sus hospedadores.

Remora

Como curiosidad, estos pececillos carecen de espinas tanto en la aleta anal como en la dorsal, y en esta aleta es donde se forma el disco de succión mencionado anteriormente, lo que se cree que ha sido una adaptación al medio. Su alimentación se basa en otros peces inferiores, en trozos de presas del hospedador al que se unen, o incluso parásitos que éste pueda llevar (esta relación sería de simbiosis, donde hay beneficio mutuo). Poseen dientecillos córneos tanto en la lengua como en las mandíbulas y el paladar, sirviéndoles de ayuda para captar pececillos.

turtle & remora close up

Alcanzan la madurez sexual entre los 3 y 5 años. Para reproducirse, estos peces dejan llegar la primavera y el verano. Su fecundación es externa, es decir, la hembra pondrá los huevos y el macho los fecundará ya en el agua. Estos huevos poseen una cubierta que los protege de desecación, corrientes, algunos golpes… Al eclosionar, los pequeños, o también llamados alevines, tendrán una longitud de unos 6 cm, y tendrán a su disposición su saco vitelino, un saco que le aportará nutrientes durante el tiempo necesario hasta que puedan fijarse a su primer hospedador.