Ya los conocemos en Cambio de Continente, y sí, nos encantan…Vamos, que ya sabemos qué es un elefante, pero ¿conocemos algo de su fisiología? ¿Os gustaría saber alguna curiosidad sobre ellos, o cosas que seguro que habéis visto pero nunca os habíais preguntado el porqué? Pues allá vamos… Estas preciosidades, a veces, tienen unas secreciones en la zona del hueso temporal (próxima a los ojos), ¿sabemos que indican?
Pues bien, esas secreciones son producidas durante el estado de “musth”. Es un estado fisiológico en los machos, en los que los niveles de testosterona en sangre aumentan considerablemente.
Precisa de extrema precaución para el resto, ya que estos animales aumentan su agresividad en gran medida. Es una especie de “celo” que sufren en varios periodos tras la pubertad, pudiendo durar desde días hasta meses… Su líbido (deseo sexual) aumenta, aunque no es necesario que exista esta situación para que los machos quieran contribuir a la reproducción de la especie.
Dicha agresividad les lleva a enfrentarse contra cualquier adversario, sin dudarlo ni un momento, incluso siendo éste más grande que él mismo. Si dos machos en estado de musth se encuentran, probablemente, el final será fatal para uno de ellos.
El manejo de los elefantes en cautividad es peligroso de por sí, con lo que en esta situación es preciso ampliar la seguridad, ya que su carácter se vuelve aún más delicado, pudiendo llegar a atacar.
El enrojecimiento de las conjuntivas que derivan en la típica “mirada asesina”, la intranquilidad, el intenso olor a macho, o la constante producción de gotas de orina son típicos signos del “musth”.
En las hembras de la especie africana también se producen secreciones en la misma zona, pero no implica aumento de agresividad, sino que derivan de alguna situación estresante o excitante.
La verdad es que falta mucho por saber sobre este estado, muchos análisis que llevar a cabo y mucha investigación por realizar, pero no está mal ir poco a poco aprendiendo algo nuevo, ¿no creéis?
El mamífero terrestre más grande que existe hoy en día, llegando hasta los 70 años de longevidad. Visitando tanto el continente africano como el asiático podríamos verlos, aunque, la verdad, el número de individuos va descendiendo considerablemente, y todo por su llamado “oro blanco”. Pero ya tuvimos el post de ayudar a protegerles, por lo que hoy pretendo meteros un poco más entre sus enormes dimensiones…
Elefantes, efectivamente, no podrían ser otros. Dos especies, el asiático (Elephas Maximus) y el africano (Loxodonta, tanto el L. africana como el L. cyclotis), haciendo referencia a sus lugares de origen, pero ¿sabríais diferenciarlas? Pues bien, hoy vamos a intentarlo.
Pequeños detalles son los que nos ayudarían a distinguir si estamos ante un africano o un asiático, paquidérmicamente hablando claro (sí, en cambio de continente también nos inventamos palabras), y es que, en el fondo, un elefante es un elefante, y pueden confundirnos.
Empezaremos con el tamaño, con pesos de 2000 a 6000 kg., algo más el africano, hasta 3’5 m. en su punto más alto, siendo, en general, algo más pequeñas las hembras.
Elefante africano
Miles de haces musculares son los encargados de formar la trompa, esa “gran nariz” en la que todos pensamos al escuchar la palabra “elefante”. Pero no sólo se encarga del olfato, sino que también actúa como mano, órgano sensitivo e incluso como arma. El africano cuenta con dos apéndices en su parte más distal, es decir, al final, formando una especie de pinza, mientras que el asiático sólo tiene uno, con lo que es algo más torpe con ella.
En la cabeza, en el asiático se ven claramente dos bultos, mientras que en el africano sólo distinguiremos uno.
También nos llaman mucho la atención los inmensos colmillos que algunos poseen, sin embargo, no todos cuentan con ellos, y es que en el asiático, en las hembras, rara vez sobresalen. Con pesos de 50-80kg en machos africanos y 40-50kg en asiáticos.
Como sistema de refrigeración, cuentan con esas enormes orejas (mi primo sabe de lo que hablo), que les sirven como aire acondicionado. Son más grandes en el africano, y además, en esta especie (echándole algo de imaginación), tiene una forma similar a la del continente africano, mientras que en el asiático, la forma es más parecida al contorno de La India. Es un buen truco para diferenciarlos.
Elefante asiático
Y como último detalle para poder asegurarnos de qué especie se trata es echar un ojo a las patas. Los asiáticos cuentan con 5 uñas en las patas anteriores y 4 en las posteriores, y los de África, 4 uñas en las anteriores y 3 en las de detrás.
Ya sé lo que os estáis planteando ahora mismo… ¿cuándo os encontraréis un elefante para poder diferenciar de qué especie es? Pues bueno, no tengo ni idea, pero para postureo está bien saberlo o quizás alguna pregunta de trivial, nunca se sabe.
La cosa era contaros algo sobre elefantes, que para eso soy una “friki-fan” de ellos. Os hablaré en otros posts de más curiosidades de estos grandes bichejos.
La verdad es que son increíbles. “¡Molan mil!” que dirían algunos.
Este 4 de Octubre de 2014, además de ser el Día Mundial de los Animales, se celebró la Marcha Mundial por los Elefantes y Rinocerontes.
Muchos de vosotros quizás ni lo sabíais, ya que son animales que no nos encontramos por estas zonas, y por aquí no se celebró nada de eso. Tanto el continente africano como el asiático (principales lugares donde habitan) luchan por la prosperidad de estas especies, y deberíamos participar todos, por muy lejos que nos pille.
Aunque gran parte de ambos continentes se volcaron con la protesta, el nivel de cazadores furtivos y mercado negro que generan es impresionante. De ahí que se hagan actividades de este estilo por la defensa de estos animales. Y es que no puedo entender a estos desgraciados, pero menos a esas personas que solicitan su trabajo.
Que si el marfil de los colmillos de los elefantes para “decorar la entrada del hall” (o sea), o el cuerno afrodisíaco de los rinocerontes… sí, se dice que como el rinoceronte es una de las especies que más tiempo emplea en el coito, su cuerno puede proporcionar un poder afrodisíaco que se ve que mucha gentuza necesita, que triste. (Entre otras de las aplicaciones que se les da, claro).
Lo siento, pero no lo entiendo.
Sólo en Sudáfrica, durante el año pasado murieron más de 1000 rinocerontes a manos de estos personajes, y este año no creáis que las cifras van a ser inferiores. Cada hora perdemos 4 elefantes, 1 cada 15 minutos… Estamos hablando de especies con poblaciones mínimas, en peligro de extinción, una extinción que está más cerca de lo que creemos.
Creo que estas dos criaturas son de mis favoritas, ya lo iréis comprobando a lo largo de la vida del blog, pero de verdad, son animales fantásticos que se nos están yendo.
SAVE OUR ELEPHANTS AND RHINOS
Suscríbete correo electrónico
¿Africa?
Sí, de nombre África. ¿Cambiamos de continente y descubrimos otras especies?