Pangolines por el mundo
Este sábado pasado fue el Día Mundial del Pangolín, y diréis, esta Afri ya nos está liando con bichejos raros… Pues sí, efectivamente, para eso está Cambio de continente, para descubrir nuevas especies que aún no conocíais… Un mamífero curioso dónde los haya y muy parecido al famoso armadillo.
Como en otros animales que ya hemos visto, “Pangolín” deriva de la palabra malaya “pengguling”, cuyo significado es “rodillo”. Y es que en situaciones de peligro, este animal se convierte en una bola, al más puro estilo escarabajo pelotero. Bajo amenaza, también es capaz de expulsar un ácido muy maloliente por la zona anal.
Tanto el continente asiático (género Manis) como el africano (género Phataginus) tienen la suerte de contar con especies de este curioso animal (ocho en todo el mundo).
Suelen pesar de 2 a 33 Kg., (siendo el 20% del peso las escamas) y su longitud varía entre 65 o 180 cm., predominando la larga y fuerte cola, con la que tienen gran habilidad a la hora de colgarse de las ramas de los árboles.
Lo más característicos del pangolín son las escamas que cubren su cuerpo, excepto la zona ventral, donde cuenta con un pelaje corto. Estas escamas son suaves al nacer, pero con el desarrollo se van endureciendo, afilando sus bordes y creando una verdadera coraza que le protege de aquellos peligros con los que pueda encontrarse, como hienas, leopardos o el mismo ser humano. Están formadas por el mismo material que nuestro pelo: la queratina.
Cuenta también con unas terribles garras en sus patas delanteras, usadas para cavar las madrigueras, pero con una fuerza capaz de romper una pierna humana de un solo golpe. Algo que asusta tal cual os lo cuento, pero he de decir que son animales tranquilos, que intentan esquivar cualquier otro ser más grande que ellos.
Se alimenta de insectos, que son su dieta principal, llegando a los 70 millones al año. Para ello dispone de una larga lengua con saliva pegajosa, y al hacer vida nocturna, su fascinante olfato es el mejor compañero para localizarlos.
Carece de dientes, con lo que al tragarse los insectos, su estómago debe triturarlos, y se ayuda de unas microestructuras puntiagudas en el interior de éste.
Suelen ir en solitario o en parejas, con las que se reproducirán, y tras 5 meses de gestación (variando algo entre especies) nacerá una sola cría. La pequeña será cuidada y transportada a lomos de su madre hasta que pueda valerse por sí misma.
Esta especie está en estado vulnerable, lo que implica que es preciso cuidarla y respetarla, puesto que no es difícil que llegue a desaparecer antes de lo que podamos imaginar. En ambos continentes, este animal es capturado para el consumo humano, siendo en China un plato estrella. Sus escamas son otro de los aspectos que lo hacen tan especial, pero que le ponen en riesgo.
Sí, un bichejo raro, como otros tantos que aún no conocemos, pero que poco a poco iré convirtiéndolos en protagonistas de Cambio de continente.