Doris peregrina – Cratena peregrina
Buceando en nuestro querido Mar Mediterráneo nos encontramos con miles de criaturas espectaculares, miles de colores que resaltaban, especies que aquí en la tierra no se ven, pero nos llamó la atención una, una que no habíamos visto nunca, una que a pesar de su pequeño tamaño nos enamoró, sin dudarlo…
Conocida científicamente como Cratena peregrina, siendo Doris peregrina su nombre original cuando fue descubierta en 1791, también Pilgrim hervia, Cuthona peregrina o Hervia costai son sinónimos de esta pequeña babosa de mar. Perteneciente al orden Nudibranquia (Nudibranchia), un grupo lleno de fantásticos moluscos gasterópodos de miles de colores y formas, con cerca de 3000 especies entre las que hoy destacamos una.
Esta pequeña babosa de mar pertenece a los nudibranquios aeolid, destacados por tener unas estructuras azuladas llamadas cerata situadas en la parte dorsal de su cuerpo. Dentro, se encuentra la glándula digestiva, cuyo color puede rondar desde el naranja o rojo, hasta el marrón. En la punta de éstos hay cnidocitos, distinguidos por su color blanco, que son células urticantes que el animal utiliza para defenderse de sus depredadores. Su cuerpo puede llegar a medir hasta 5 cm., terminando en una larga y fina cola blanca.
En su parte delantera destacan dos manchas naranjas en su blanco e impecable cuerpo y justo detrás se insertan los rinóforos, que también son naranjas, excepto en su base, que sigue siendo blanca. Estas estructuras se encargan de la orientación del animal, son quimiosensoriales, ayudando a orientarse tanto por las corrientes de agua como por el olor a diversas sustancias químicas disueltas. Además, en su parte más craneal se encuentran los apéndices bucales, blancos y muy alargados.
Se alimentan sobre todo gracias al género Eudendrium, con el que convive casi permanentemente. Éste pertenece a los hidroides (Hidrozoa) que son, en este caso, colonias de pólipos en ramificación. Estos pólipos contienen las células urticantes mencionadas antes, los cnidocitos, y al alimentarse de ellos, C. peregrina los guarda en los cnidosacos de las cerata para utilizarlos en su defensa, proceso conocido como cleptocnidia.
A la hora de reproducirse, normalmente uno de ellos introduce lo que sería un pene a través de la piel del otro. Son animales hermafroditas, es decir, tanto hembras como machos. De esta manera, podrían autofecundarse, aunque no es lo más frecuente, ya que el hecho de que exista suficiente número de individuos no les da la necesidad de hacerlo. La puesta de huevos la realizan sobre Eudendrium frecuentemente, en forma de largas ristras gelatinosas con huevos de color salmón o blanco de unas 90 micras de diámetro.
Suelen encontrarse sobre todo en el Mar Mediterráneo, en suelos rocosos a poca profundidad normalmente (hasta 30 m.), pero también puede verse en la costa Este del Atlántico (hasta Senegal).
Ya lo dijo Disney en su día…«¡Bajo el mar, la vida es maravillosa!»