Antílope saiga
Bicho raros, muy raros, de todo el mundo, como el que conocemos hoy…
Se trata de un mamífero, de la familia de los bóvidos, un antílope algo extraño, tan extraño que muchos de vosotros ni siquiera sabíais que existía. El pequeño saiga (saiga tatarica), o antílope saiga.
Esta curiosa criatura se caracteriza principalmente por su hocico, y es que posee unas narinas con forma de tubos, anchos, largos y flexibles, que le hacen muy llamativo. Sirven para filtrar el polvo y calentar el aire que inhala de los pastizales áridos y estepas de la Europa del Este y Asia Central, ya que es allí donde habitan.
Son animales que pueden llegar a los 10-12 años de vida. Alcanzan pesos de unos 40 kg los machos y 27-30 Kg las hembras, como si de una oveja se tratase. En verano, su piel se cubre de un pelaje corto, de color canela, mientras que en invierno, dicho pelaje se hace más largo, denso y blanco, protegiendo de las extremas temperaturas a las que pueden verse sometidos.
Sólo los machos poseen cuernos, que pueden medir hasta 50-60 cm, con forma anillada y de un color ámbar, que hace que sean algo transparentes.
Son animales tranquilos. Pastan por el día, alimentándose de las hierbas que van encontrando. Durante las migraciones, estos animales tendrán que recorrer largas distancias, y aunque no son muy ágiles corriendo, llegan a velocidades de casi 80 Km/h. También se ven obligados a esquivar grandes peligros, cruzar ríos nadando… Por las noches duermen en “camas” que ellos mismos se hacen, acurrucándose en el suelo.
Estas migraciones que hemos nombrado las hacen en grupos inmensos, formados de la unión de muchas de las poblaciones o grupos familiares en los que estos animales se dividen, siendo estos grupos de unas 5-50 hembras y un macho.
En la época de celo, por noviembre, los machos se baten en duelo por las hembras, consiguiendo un harén por el que darán, en algunos casos, su vida. Esto sucede ya que durante esta época, los machos casi ni comen, utilizan toda su energía para proteger a sus hembras.
Las hembras llegan al primer parto con tan solo 8 meses, bajando a 5 en casos en los que el número de individuos es muy bajo y tiene la necesidad de reproducirse para continuar viviendo. Por el contrario, los machos son más tardíos, y hasta los 2 años no serán los reproductores.
La gestación dura entre 140 y 150 días, y será en las migraciones cuando den a luz, ya que se habrán juntado grandes grupos de animales, ayudando a la supervivencia de los mismos. Esta especie animal suele tener dos crías por parto, una de cada sexo.
Todo esto, me refiero al hecho de que los machos sean los únicos que tengan cuernos (ya sabéis que esos países tienen una muy mala costumbre en pensar que los cuernos son afrodisíacos o que tienen poderes medicinales), bueno, pues tanto eso, como que los machos se dedican en cuerpo y alma a cuidar de su harén, y se baten en duelo por las hembras, llegando muchas veces a la muerte, hacen que el número de hembras sea muy superior al de machos, desequilibrando por completo las poblaciones, haciendo que sea muy difícil la continuidad de la especie.
Además, han sufridos varias epidemias fatales que han llevado a la especie a un número muy reducido de individuos en poco tiempo. De esta forma, el saiga se encuentra en un estado de crítico peligro de extinción, otra especie más que se apunta a la lista que menos nos gusta…