Suricata – Suricata suricatta
¡¡HAKUNA MATATA!! ¡Vive y deja vivir!
¡¡HAKUNA MATATA!! ¡Vive y sé feliz!
Ningún problema, debe hacerte sufrir,
lo más fácil es, saber decir:
¡¡HAKUNA MATATA!!
Ay! Y ya que me emociono… Cómo me gusta Disney, tengo que admitirlo…
Pues como veis, hoy os llevamos a la infancia. Vamos de la mano de «El Rey León», pero no hablaremos de leones, sino que nos adentramos en el mundo de los protagonistas de esta canción. ¿Os acordáis de quiénes se trataba? Efectivamente, Pumba y Timón le recitaban la letra al pequeño Simba.
Pues hoy, en Cambio de Continente queremos recordar a la familia del pequeño Timón. ¡Bienvenidos suricatas!
Conocidos como suricatas, suricatos, gatos de roca o en inglés meerkat (Suricata suricatta), estos pequeñajos siempre consiguen captar nuestra atención. Miden unos 30 cm. de longitud, además de los 25 cm. que ocuparía su cola. Pueden alcanzar el kilo de peso y su vida podría llegar a los 14 años. Tienen el pelaje marrón-amarillento, con algunas rayas oscuras y la cara alargada, con el hocico negro, igual que los ojos y las encantadoras y pequeñas orejas. Quiero destacar de su morfología esas pequeñas orejas negras, que les dan un toque encantador.
.Para observarlos, será necesario adentrarnos en la sabana, bosques áridos o pastizales del sur de África, destacando el Kalahari, bajo el ardiente sol. Son diurnos y conviven en familias de unos 10-20 miembros cada una. Excavan madrigueras y túneles que formarán tremendos laberintos bajo la tierra de estos lugares, evitando el calor extremo. Aquí almacenarán comida, se reproducirán y se resguardarán en caso de peligro inminente. Sin embargo, pueden ir mezclándose con otras familias de la misma llanura, puesto que hay numerosas madrigueras en cada territorio, aunque también pueden darse peleas entre dichos grupos.
Simpáticos, graciosos, adorables… pero siempre atentos ante cualquier posible peligro, adquiriendo esa postura que les caracteriza, como si de una persona se tratase, apoyados sobre sus dos patas traseras y estirando el cuello como buen cotilla. Pertenecientes a la familia de las mangostas, se mantendrán erguidos y vigilantes, todo para salvar la vida del grupo, colaborando en equipo para la protección de la familia. Así, mientras unos hacen de vigilantes, otros se dedicarán a recolección de alimento y cuidado de los más pequeños.
Son omnívoros, es decir, su alimentación tiene un poco de todo, desde insectos, arácnidos, lagartos, pequeños mamíferos, aves, algo de vegetación… lo que sería una dieta bastante completa y equilibrada.
Cuando estos animales alcanzan el año de edad, llegan a su madurez sexual y comienzan a reproducirse. En temporada de cría, los machos «forzarán» a las hembras para realizar la cópula, y tras once meses de espera, nacerán las crías (normalmente 3-4). Llegarán al mundo dentro de la madriguera, ciegas, sin pelo, y estarán mamando durante unos 49-63 días. Sólo una de las parejas del grupo se reproducirá en cada temporada, el resto se dedicarán a aportar alimento para la despensa y para las madres lactantes, y ayudarán en el cuidado de los más jóvenes.
La pena es que nuestros amigos forman parte de la cadena alimenticia, siendo presas para halcones, águilas o chacales. Los encargados de vigilar las madrigueras darán el aviso si algo se aproxima, resguardándose lo antes posible. Pero si no se dan cuenta y tienen que defenderse, arquearán la espalda y mostrarán sus garras.
En este caso, los suricatas no están amenazados, sino al revés en algunos casos, ya que en ciertos lugares se consideran plagas. Otro aspecto negativo que nos llama la atención es que son portadores de la rabia, lo que es un riesgo para el ser humano u otros animales, y por ello han sido perseguidos durante años.
Animales increíbles en la sabana africana. Timón ya nos lo dijo: ¡¡HAKUNA MATATA!!