por África Banzo Arche | Feb 14, 2016 | Mamíferos
Hay bichos achuchables y luego está el que conocemos hoy, Nycticebus pygmaeus, un adorable primate de los espesos bosques tropicales y matorrales de bambú de China, Laos, Camboya y Vietnam.
Comúnmente llamado loris lento pigmeo, aunque puede que no os suene, seguro que habréis visto el episodio de Frank Cuesta en el que se adentra en uno de estos bosques en busca de su pequeña «novia», Lisa. Pues sí, Lisa es uno de los bichejos que conocemos hoy.
Esos ojos tan grandes hacen que este pequeño primate sea uno de los más adorables del mundo. Pueden llegar a los 20 años de edad. Con unos 20 cm y medio kilo, los loris se mueve lentamente por los árboles, normalmente durante la noche, ya que son de hábitos nocturnos. Su pelo es denso y aterciopelado, de color marrón-rojizo o grisáceo, y una pequeña cola. Sus manitas tienen los pulgares opuestos, como nos ocurre a los humanos, aportándoles la capacidad de hacer pinza y poder coger todo lo que quieran. Además, esto les permite mantenerse en las ramas durante largos periodos.
Se alimentan de todo lo que encuentran, desde frutas e insectos hasta huevos, pequeños mamíferos y savia de los árboles, y si son ellos los que son atacados, se defenderán mediante una toxina vevenosa que secretan gracias a unas glándulas del antebrazo, que se chupan para ponerse en la boca y al morder se ineycte en el depredador. Dicha toxina hace que sea el único primate venenoso del planeta.
Viven en soliario o en pequeños grupos. Para reproducirse, las hembras deberán llegar a su madurez a los 9 meses, mientras que los machos necesitarán llegar al doble de tiempo. Cuando las hembras están en celo, emiten unos silbidos para atraer a los machos. También se guían con el olfato, mediante marcaje de orina, que además les permitirá ocultarse mejor de los posibles peligros, ya que con los silbidos puedes ser fácilmente localizados. Suelen tener una época reproductiva cada año, a veces el periodo es aún más largo. La gestación son unos 180-190 días y después, nacerán una o dos crías que permanecerán con la madre hasta los 4 meses, y serán protegidas mediante la toxina anterior untada sobre su piel.
Su estado de conservación es vulnerable. La destrucción de su hábitat y su comercio ilegal para mascotas o medicina china hacen que poco a poco vayan quedando menos ejemplares.
Otras species de este mismo género, Nycticebus, tienen unas coloraciones parecidas, aunque difieren en ciertas manchas características. Además, se distribuyen por otras zonas, como es el caso de N. borneanus, que se encuentra al sur de Borneo.
por África Banzo Arche | Ago 24, 2015 | Reptiles
Ponemos rumbo a las zonas abiertas y hábitats como sabanas, herbazales, cultivos, estepas… del África subsahariana para conocer al pequeñajo de hoy. Bueno, pequeñaja, y no tanto, ya que puede crecer hasta los 2’2 metros de longitud. Hablamos de la famosa cobra escupidora (Naja nigricollis), pudiendo reconocer tres subespecies, la de cuello negro (N. n. nigricollis), la negra (N. n. woodi) y la barreada o cebra (N. n. nigricincta).

Naja nigricollis woodi (Black spitting cobra)
Estas tres subespecies difieren tanto en la localización geográfica como en la morfología, ya que varían los tamaños y colores, siendo la más grande la de cuello negro, pero todas pertenecen a la especie de la cobra escupidora.
Probablemente os suene este animal, ya que Frank Cuesta, en uno de sus programas de televisión “Frank de la Jungla” o “Wild Frank” tuvo un encontronazo con una de éstas. Los más frikis, como yo, seguro que lo recordáis.
Aun así, hoy curiosearemos de la temible escupidora.
Vamos a diferenciar un poco esas tres subespecies, para que si os encontráis con una, podáis saber de cuál se trata xD
Como ya he dicho, la de cuello negro es la que mayor tamaño suele alcanzar. Sus colores van del gris al negro, aunque a veces también puede verse marrón amarillento, cubriéndose la zona del cuello de una o unas franjas negras (de ahí su nombre), y dejando la parte ventral del cuerpo, la que arrastra, de un color crema.
La negra, es negra o gris en su totalidad, tanto la parte dorsal como la ventral, pudiendo verse de vez en cuando alguna tonalidad azulada en la zona dorsal.
Por último, la cebra o barreada, como podéis imaginar, presenta una serie de franjas negras salteadas, dejando unas tonalidades amarillas, rosas o marrones en el fondo, así como blanco cremoso para la zona ventral. Dicen que es una de las más bellas serpientes del continente africano, pero cuidado para el que llegue a verla…

Western Barred Spitting Cobra ~ Naja nigricollis nigricincta
Por el día es difícil encontrarlas, ya que se refugian del caluroso sol del desierto africano, escondidas bajo pequeñas rocas, en termiteros que sus habitantes han abandonado, o en madrigueras de otros bichejos. Salen a partir del atardecer en busca de su presa, cazando desde pequeños mamíferos hasta otros reptiles, anfibios o aves que se despistan. Les inyecta el veneno clavándoles sus tremendos colmillos e ingiriendo la presa entera, comenzando por la cabeza para facilitar el paso hasta el estómago, y en función del tamaño de ésta, nuestra serpiente estará más o menos tiempo sin volver a cazar, empleando dicho tiempo en una lenta digestión.
En torno a la primavera será el celo de la hembra, en la que desprenderá una feromona para atraer al macho, y tras cortejar a su pareja se le permitirá la cópula. Las hembras poseen dos hemiclítoris, algo más pequeños que los dos hemipenes que tienen los machos, y de estos, ambos son funcionales, aunque sólo se empleará uno.
Tras unos 100 días, la hembra pondrá entre 10 y 22 huevos en un agujero donde ella considere que hay buenas condiciones de temperatura. Aquí finaliza la tarea de la madre. Los pequeños nacerán solos, sin una madre que los haya incubado, buscando un nuevo lugar del que hacerse los dueños. Estos medirán unos 25 cm.

Black Necked Spitting Cobra, Naja nigricollis nigricollis
Para acabar, lo que todos esperabais de tal animal, el porqué de “escupidora”. Pues este mote se debe a que tiene la capacidad de lanzar hasta casi 3 metros de distancia el veneno. Sus terroríficos colmillos están abiertos por la parte frontal, un pequeño orificio que permite salir el veneno, pero además, la estructura interna del conducto por el que circula la sustancia, dentro de los colmillos, es similar a un muelle. De esta forma, el veneno, además de salir a presión, tiene cierta rotación, pillando desprevenidos a los depredadores. Sí, depredadores, como bien hemos explicado antes, la cobra escupidora, para cazar, muerde a sus presas, pero para defenderse, lo que hace es alzarse del suelo, abriendo sus costillas para aparentar mayor tamaño, abre la boca y escupe el veneno, apuntando a los ojos la muy… cobra!
Este veneno se compone de citotoxinas y cardiotoxinas, que provocan efectos neurotóxicos, necróticos y hemorragias externas, dificultando también actividades como respiración, movimiento…
Lo mejor, evitarlas, no vaya a ser que piensen que nosotros somos su amenaza y la liemos, ¿no creéis?
por África Banzo Arche | Jul 6, 2015 | Invertebrados
Existen muchas muchas especies de los bichejos que hoy os traemos, repartidos por todos los continentes, a excepción de la Antártida, buscando tanto climas cálidos y secos como bosques húmedos en los que también se ha adaptado, hoy nos acompaña el escorpión dorado.
Como digo, son muchas las especies que podemos encontrar, pero destacaremos una de ellas, el también conocido como “muerte acechante” (Leiurus quinquestriatus), y es que este pequeño es una de las especies animales más venenosas del mundo, siendo el escorpión más venenoso del planeta.
Digo pequeño, porque su tamaño no es superior a los 10 cm. Tiene un color ocre-amarillento, que le sirve para pasar desapercibido en el lugar en el que habita, siendo éste Oriente Próximo y el Norte de África.
A veces, las condiciones climáticas son desfavorables, y deben realizar la hibernación para poder sobrevivir. Lo hacen en cámaras subterráneas que ellos excavan, resistentes a derrumbamientos e inundaciones. Aquí adquirirá una posición de “bola” y permanecerá todo el tiempo necesario hasta que dichas condiciones mejoren.
A diferencia de otros arácnidos, los escorpiones son animales muy longevos, pudiendo llegar hasta los 20 años, aunque no es lo más común. Esto se atribuye al hecho de que tienen un metabolismo muy reducido, necesitando muy poca energía para sobrevivir. Son tímidos y pretenden pasar desapercibidos, además de evitar el sobrecalentamiento que puede sufrir su cuerpo, ocultándose bajo rocas o cavidades durante el día, pero saliendo en busca de presas o pareja para reproducirse durante la noche.
Su alimentación se basa en otros invertebrados. Gracias a los “peines” que tienen bajo su cuerpo, una especie de detectores de información, el escorpión es capaz de localizar a sus presas. Una vez que ya la tiene, la sujeta con las pinzas e inyecta una pequeña cantidad de veneno con su aguijón. Después, la despedazará para poder ir metiéndosela en la boca poco a poco.
A pesar de ello, también hay especies de reptiles, aves, anfibios… que pueden darle caza, convirtiéndose el propio escorpión, en este caso, en la presa.
Para reproducirse, son necesarias varias mudas para llegar a la edad adulta. Además, se precisa de un cortejo del macho a la hembra, aunque a veces no funciona bien y pueden salir mal parados, acabando la hembra con la vida del macho. Cuando consigue tranquilizarla y hacer que forme parte del baile ritual, el macho tendrá la oportunidad de mover a la hembra de tal forma que entre en contacto el espermatóforo que éste habrá depositado en el suelo con el orificio genital femenino. Al final, el macho huirá para evitar que la hembra lo devore.
Son ovovivíparos, es decir, tienen huevos dentro del cuerpo de la hembra, pero nacerán vivos. Saldrán entre 10 y 90 crías, que ascenderán y pasarán un tiempo sobre la espalda de la madre, hasta que consigan mudar varias veces y sean capaces de valerse por sí mismos.
Como hemos mencionado antes, el veneno del «muerte acechante» es el más potente de entre los escorpiones, siendo uno de los más poderosos de todos los animales. Es capaz, y de hecho se dan varios casos a lo largo del año, de acabar con la vida de personas. Su picadura produce un intenso dolor en la zona de inoculación, y la neurotoxia que porta generará náuseas, convulsiones, parálisis, coma y muerte, si no se detiene a tiempo.
He aquí un caso de “pequeño pero matón”.